CUANDO SEPA, LES CUENTO.
Si tienen rato siguiéndome por acá, saben que este Blog es bastante personal. La intención es compartirles un pedaciiiito de lo que estoy viviendo sin intenciones de que me siga un gentío ni hacerme famosa. Realmente lo hago para quién quiera escuchar, quién que quiera saber cómo es esto más allá de las fotos bonitas y los post de instagram. Como un huequito para mirar hacia adentro.
Y como todo, a una gente le interesa y a otra no.
Esa es la idea!
Y aquí va uno de esos huequitos:
Viajar es increíble!! pero tiene sus momentos de nostalgia, cuando extrañas tu casa, tu familia. Así que para mi, visitar a mis amigos por el camino ha sido la clave para no caer en guayabos y poder decir que hasta ahora, no extraño nada!
Cuando empecé esta viajadera, una de las cosas que más me emocionaban era reencontrarme con gente bella que tengo regada por el mundo... y sin duda la primera en la lista era Sara.
Quien la conoce, sabe que ella es un vaina especial. Su generosidad es algo que sientes en su sola presencia.
A Sara la conozco desde que somos chiquiticas porque nuestros padres son buenos amigos desde siempre.
Con su mamá, Beatriz, tuve una de las experiencias más lindas de mi infancia: el Club Literario Manzanita. Donde aprendimos a descubrir nuestro 'cuenta cuentos' interior, cosa que a mí, particularmente me encantó, me hizo florecer cuando era niña y quizás por ello es que hoy escribo esto y lo escribo así. Sin seguir 'guidelines' literarios y confiando ( quizás demasiado) en mi punto de vista y en cómo sólo yo, desde mi individualidad, lo podría contar.
Bueno, el punto es, que Sara es muy especial para mí. A pesar de llevarme un par de años, desde chamitas éramos super amigas, hacíamos sleepovers que duraban tres días, travesuras por su vecindario y su curiosidad era una cosa desmedida... me dejaba agotada!
A ella le llegué de visita con mis dos hijas. Sara y su esposo Tito, viven en Zurich, un pedacito de cielo en Suiza, donde todo es bello, perfecto y caro. Pero a pesar de estar en una de las ciudades más hermosas de Europa, lo más bello estaba en esa casa... Tito, nos prestó su estudio donde nos acomodamos las tres y Sara se encargó de prepararlo para nosotras como si fuera un Four Seasons para el alma.



Los días se nos iban entre meditar, hacer yoga, ir a la piscina o al bosque del vecindario, cocinar y hasta pintar...! fue muy especial para Ale, Isa y para mí. Creo que no exagero cuando digo que las tres podemos dividir nuestra vida entre antes y después de Zurich.
Uno puede dar gracias por el alojamiento, las atenciones, los mega desayunos de Tito, y hasta las clases privadas de yoga con Sara... pero cómo agradeces que te abran el alma? que te hagan descubrir nuevos caminos? que le den un "Upgrade" a tu conciencia? cómo agradece uno tanto amor así de a' gratis?
En eso estoy. Cuando sepa les cuento.
Gracias Sara y Tito!
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